jueves, 13 de junio de 2013

No entregues tu alma a la tristeza, ni te atormentes a ti mismo con tus cavilaciones.
La alegría de corazón es la vida del hombre, el regocijo del varón, prolongación de sus días.
Engaña a tu alma y consuela a tu corazón, echa lejos de ti la tristeza; que ella ya perdió a muchos, y no hay utilidad en la tristeza.
Envidia y malhumor los días acortan, las preocupaciones traen la vejez antes de tiempo.

Un corazón radiante viene bien en las comidas, atiende a lo que come. 


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