jueves, 13 de junio de 2013

No entregues tu alma a la tristeza, ni te atormentes a ti mismo con tus cavilaciones.
La alegría de corazón es la vida del hombre, el regocijo del varón, prolongación de sus días.
Engaña a tu alma y consuela a tu corazón, echa lejos de ti la tristeza; que ella ya perdió a muchos, y no hay utilidad en la tristeza.
Envidia y malhumor los días acortan, las preocupaciones traen la vejez antes de tiempo.

Un corazón radiante viene bien en las comidas, atiende a lo que come. 


                  NUNCA TE DETENGAS

Siempre ten presente que: La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de arana, detrás de cada línea de llegada, hay una de partida; detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lastima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón.

Pero nunca te detengas.